jueves, 13 de noviembre de 2008

Ya está todo inventado: Sexo como esquimales


Así como se denomina “árabe” a la postura en la que el hombre acostado boca arriba es "cabalgado" por la mujer. “Cubana” a la masturbación practicada con el pene entre los pechos, y “francés” al sexo oral practicado al hombre por la mujer, es difícil encontrar al esquimal en la jerga de la cultura de las posiciones sexuales. Por Martín Bustamante
Aunque no entre en estas tradiciones, las relaciones sexuales entre los habitantes del ártico tienen varios elementos no menos importantes en cuanto a la historia de las relaciones de pareja y de parentesco.
Los pueblos árticos no escatimaban en hospitalidad, llegando al punto que algunos se preocupaban tanto por atender bien al huésped que decidían ofrecerle a su mujer, y ojo, era de mala educación no aceptarlo.
Como se observa, la opresión de género se hacia sentir con fuerza en la sociedad esquimal. De hecho las mujeres eran tratadas como simples objetos sexuales, casi como prostitutas. Aunque también las esposas podían alternar con amantes habituales o esporádicos.
No se permitía la soltería entre los esquimales. No había ceremonia nupcial, todo quedaba arreglado ya que se pagaba la novia. Los casamientos en ocasiones eran pactados aunque, generalmente, quedaban a la libre elección del individuo. Las relaciones prenupciales eran libres, e incluso se podía hablar de una matrimonio de prueba hasta que se tenía un hijo. Él hombre debía demostrar su destreza para la caza lo que indicaba que podía enfrentarse con la obligación de mantener a su mujer. Si era mejor que otros obtenía el derecho a poseer más de una esposa.
Las alianzas entre individuos no emparentados se formaban a través del intercambio de regalos y de las muestras de respeto. La forma más elevada de intercambio de regalos era cuando el jefe de una familia ofrecía la oportunidad de mantener una relación sexual temporal con la mujer adulta de más alta consideración de su familia. Sin embargo, la mujer conserva el derecho a rechazar dicha relación y, en tal caso, el respeto se simboliza a través de la ofrenda de algo distinto.
Una pareja podía separarse después de los tres o cuatro años de convivencia sin contraer ningún tipo de compromiso. La costumbre de intercambiar mujeres entre dos amigos no era causa de celos, sino que reforzaba la amistad. Si un esquimal viajaba tenía otra pareja.
Cuando se iban de caza, los hermanos menores vivían con sus cuñadas y adquirían los derechos sexuales que les concedían sus nuevas obligaciones.
En el intercambio de parejas había una fundamentación científica que era la variabilidad genética como estandarte para una mayor adaptación al medio de sus futuras generaciones. Se decía que a mayor variabilidad genética, mayor probabilidad de adaptación al medio.
Los esquimales habitaron diversas regiones. Entre ellas existía a una extensa distancia. Sin embargo sus hábitos, al igual que su lengua, eran uniformes. La familia era la unidad social más significativa, la monogamia la costumbre frecuente, pero también se daba tanto la poligamia como la poliandria. El matrimonio se basaba en una estricta división del trabajo. Los hombres construían las casas, cazaban y pescaban, mientras que las mujeres cocinaban, curtían las pieles de animales y fabricaban vestimentas.
El pueblo esquimal utilizaba el termino reír para referirse a las relaciones sexuales. Esto constituye una variación con respecto a como se considera esta práctica desde otras perspectivas. Hay quienes las asocian a la reproducción, al sufrimiento, a la vergüenza y al dolor. Pero como vemos, también existieron quienes lo relacionaron con la risa, lo gozoso, lo placentero y lo divertido.
Estas costumbres se fueron perdiendo, hoy las relaciones que se establecen están relacionadas con la cultura occidental.
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