“No creo que se trate de ningún tipo de parafilia, podofilia o como quieran llamarlo. Simplemente, como millones de personas, yo disfruto besando, oliendo, mirando o sintiendo los pies de mi pareja en mi cara...”.
“A mi hay cosas que me pueden, como las uñas pintadas de rojo o ir por la calle y descubrir unos hermosos pies, sobre todo en verano, que es cuando estamos todos más descubiertos. Pero por eso no creo que sea ni un perverso o que la fijación me haya quedado por ver los pies de mi madre como decía Freud”.
Javier cuenta su experiencia con naturalidad aunque parece querer aclarar todo el tiempo que lo suyo es algo perfectamente normal y no una perversión o un problema.
Silvina está de novia desde hace dos años y desde hace aproximadamente uno y medio disfruta de la adoración de pies que le realiza su pareja.
“La primera vez que lo quiso hacer no sólo la saque corriendo sino que hasta me enoje. Después hablamos y lo fui entendiendo, sin embargo la barrera seguían siendo mis cosquillas, nunca pude soportar ni que me rozaran los pies. Con el tiempo se fue dando.”
“Ahora, él sabe que si lo hace en el momento indicado puede hacer lo que quiera con mis pies, y la verdad es que lo disfruto mucho. Sobre todo que me los bese o y chupe mientras me hace el amor. La patita al hombro nosotros la rebautizamos patita a la boca” cuenta entre risas.
Juan Martín es integrante de varios foros de fetichistas de pies en Internet como “Pies sensuales”, “Pies argentinos”, “Pies de famosas” o “Quentin Tarantino, el fetichista más famoso”.
El cuenta que su atracción por los pies la tiene desde su infancia “En el colegio me encantaba imaginarme como serían los pies de mis compañeras y como siempre estaban ocultos eso me excitaba más”.
“Una vez en la secundaria una compañera se saco los zapatos y medias y me dejo besárselos, desde ese día no los pude dejar nunca más”. Juan Martín además cuenta que es amante del footjob o sea que lo masturben con los pies y sobre todo eyacular sobre ellos.
La adoración de pies o fetichismo de pies se trata precisamente de personas que se excitan o logran llegar al orgasmo al ver, tocar, besar, lamer, oler o acariciar pies de otras personas.
A pesar de que desde Freud en adelante distintas teorías psicológicas y psicoanalíticas intentaron explicar los motivos de esta práctica, el doctor Adrián Sapetti, sexólogo con más de 30 años de experiencia, lo define sencillamente: “En sexo todo lo que es placentero es normal, porque en el sexo no hay normas, por eso es un terreno que se presta a la exploración de los sentidos y de la imaginación”. Y agrega “si alguien siente placer y disfruta con los pies de otro o que otros jueguen, besen, toquen sus pies es algo perfectamente normal, siempre y cuando sea consentido y cuando nadie salga lastimado claro.”
¡Así que adoradores y amantes de los pies, a disfrutar se ha dicho!
Por Ariel Cortez