martes, 30 de septiembre de 2008

YA ESTA TODO INVENTADO: ÑUCA YAQUIRINI (o el sexo de los Incas)


Cuando los españoles llegaron a las tierras del Alto Perú habitaban Los Andes unos siete millones de personas. El imperio Inca se extendía desde Ecuador hasta Argentina, con coordinación desde Cuzco y una importante integración política y cultural teniendo en cuenta la cantidad de pueblos conquistados.
La tradición incaica se transmitió de forma oral y los únicos escritos cercanos a aquellas épocas con los que contamos son los escritos españoles, relatos críticos, moralistas y muchas veces tergiversados. Para entender la sexualidad de los Incas, como para cualquier otra dimensión hace falta desprenderse de nuestro sentido común y comprender otra cosmovisión, milenaria y autóctona...
Géneros paralelos
La masculinidad y la femineidad tenían cada uno sus quehaceres, y también sus dioses. El Inca y la Coya, como representaciones máximas del poder, recibían la influencia de los dioses del sol y la luna respectivamente y presidían esos quehaceres. “La división paralela de los géneros también señalaba parentesco diferenciado respecto de ancestros masculinos y femeninos. Las mujeres nobles, las hijas de la Luna, tenían sus propias riquezas, su esfera de poder político quedaba claramente delimitado y detentaban derechos exclusivos sobre sus propios súbditos. La Coya establecía con quiénes debían casarse las mujeres que estaban bajo su influencia y hubo también “caciques” mujeres: dueñas de grandes riquezas que en ocasiones festivas, mientras los hombres besaban la mano del Inca, ellas besaban la mano de la Coya.”[i]
Este paralelismo del género asociado a la pareja divina (macho y hembra), permitió en la mayoría de los pueblos que integraron el imperio Inca, una práctica sexual sin tabúes, siempre relacionada con la fecundidad de la tierra y los cultivos, pero también como una fuente de placer más allá de la procreación. “La relación de hombre y mujer, expresada como el encuentro creativo y complementario de dos seres no podía ser objeto de ninguna barrera restrictiva, pues amenazaba con destruir el equilibrio del mundo social y del cosmos andino.”[ii]
El servinakuy
O sirviñacu, como se lo conoce en nuestro norte, era una instancia de prueba, previa al matrimonio, que indignó a los españoles ya que entre otros objetivos, se encontraba el de la exploración sexual. Los incas no le daban importancia a la virginidad. Es más, para una mujer llegar virgen al matrimonio no era para nada apreciado por los hombres porque implicaba poca experiencia y experticia. La conformación de la familia implicaba el cierre de un tránsito y la adultez sexual.
Dioses y rituales
La luna y la Pachamama (tierra) patrocinaban la fecundidad y la alimentación, como tales fueron objeto de adoración, variando la importancia de cada una según las épocas. La Pachamama, deidad femenina, es fecundada por la lluvia (deidad masculina) y ambos eran y son objeto de rituales varios que muchas veces incluyen el sexo o su emulación. “Hay un rito por ejemplo, que se conserva en Langui, Cusco, donde para cierta festividad, hombres y mujeres se visten con ornamentos de carneros y llamas y bailan como en una representación sexual. “[iii]
El mundo de abajo
Para los incas, el cosmos se dividía en el mundo de arriba, este mundo (el del medio), y el mundo de abajo. Diferente al infierno, el uqu pacha es el mundo de los muertos, donde todo es al revés. Para ayudar a los muertos a salir de este mundo y entrar al mundo de abajo se realizaban rituales de inversión. Es decir, que si en nuestro mundo las prácticas sexuales son hetero, en el uqu pacha, son homo, y en vez de sexo vaginal, se practica el sexo anal. “En una representación moche se observa la actividad de ayuda de los vivos a los muertos, donde los muertos están jalando al vivo hacia abajo, mientras los vivos realizan prácticas sodomíticas de ayuda. También se sabe de existencia de bailes de travestidos que podrían tener connotaciones rituales de esta índole.”[iv]
Pampayrunas
Era el nombre de las prostitutas (que obviamente existían). Pampa es plaza o campo llano, y runa, persona. Al parecer vivían aisladas y eran tratadas con menosprecio.
También han dicho algunos españoles que la homosexualidad era común en los sacerdotes (cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia), a los que llaman prostitutos, y que serían criados y vestidos como mujeres desde pequeños.
Huacos
Son artesanías de la cultura Mochica, un pueblo que existió al norte de Perú entre los años 100 y 800. Sus huacos eróticos, han sido negados por la arqueología hasta no hace mucho, por considerarse pornográficos. Sin embargo son miles y reflejan esta forma de vida despojada de prejuicios. Característicos por los grandes penes, no suman más de ocho posiciones representadas, pero se han considerado una especie de kamasutra andino. Un dato importante es la presencia del clítoris, lo cual habla del reconocimiento pleno de la sexualidad femenina y la posibilidad popular de los placeres, a diferencia de los imperios europeos, donde se restringían a la aristocracia. Sus fines no habrían sido otros que los de estimular la fecundidad y por qué no, dejarnos por lo menos una imagen de una mentalidad diferente, para nosotros tan lejana en el tiempo como transgresora.

Por Ayelen Machaca


[i] COSMOVISIÓN, HISTORIA Y POLÍTICA EN LOS ANDES, Blithz Lozada Pereyra, Producciones CIMA, La Paz, 2006.
[ii] RELIGIÓN, GÉNERO Y CONSTRUCCIÓN DE UNA SEXUALIDAD EN LOS ANDES (SIGLOS XVI Y XVII). UN ACERCAMIENTO PROVISIONAL, FERNANDO ARMAS ASIN, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima)
[iii] Kauffmann-Doig, Federico. Sexo y magia sexual en el antiguo Perú , Lima, Perú: Quebecor World Perú, 2001

[iv] RELIGIÓN, GÉNERO Y CONSTRUCCIÓN DE UNA SEXUALIDAD EN LOS ANDES (SIGLOS XVI Y XVII). UN ACERCAMIENTO PROVISIONAL, FERNANDO ARMAS ASIN, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guau! que flash, es grosa la nota. Jamas me imaginaba nada de esto. Muy buena, quiero saber mas, sigan escribiendo