martes, 16 de septiembre de 2008

ENTREVISTA: SEX TOYS

El mercado de los strippers masculinos no es tan grande como el de mujeres. Del famoso Golden, aún erguido sobre la calle Esmeralda, hasta las noches eróticas de Pinar de Rocha, pasando por Vinicius: un mundo que comparten varias generaciones de mujeres y por el que transitan varias clases sociales...

Como en el caso de los hombres, la meta es divertirse. Pero la diversión es diferente, no sólo porque al fin y al cabo el juego de los streapers es un te miro y no te toco, sino porque no es la misma libido la que se asienta sobre esta histeria.

Vinicius era una disco que en 2001 incorporó la noche “Sólo para mujeres” y se transformó en la actual leyenda del oeste.

Alrededor de 300 mujeres lo llenan viernes y sábados para gritar o mirar hipócritamente indignadas los abultados miembros de jóvenes aceitados que se mueven delante de ellas: egresadas, treintañeras en despedidas de soltera, cuarentonas en festejos de divorcio, simples mujeres habitués de este show. Todas miran mientras comen piza y toman cerveza. La mayoría se ríe. Hay mucho más quilombo de lo que hay en un tradicional lugar de strippers para hombres.

Atrás de una cortina, al costado del escenario los hombres se preparan para salir. Con la excepción de uno, todos son musculosos. Se aceitan y se ponen geles en el pene para que se mantenga parado un rato largo, el que les lleva bailar un rato, hacer un subir una chica y hacerla sentir una diosa o una boluda de acuerdo a la idiosincrasia.

Daniel accede a la entrevista. Es rubio de pelo largo y tiene piercings por todas partes: tetillas, ombligo y nariz. Pronto bailará disfrazado de ranger en el primer show de la noche, porque después sigue bailando en otros boliches heteros y gays.
¿Por qué sos stripper?

Por la plata. Al principio me costó muchísimo sacarme la ropa, no podía entender cómo lo hacían los tipos. Y me sacaba la ropa hasta un punto. Hoy en día hago desnudo total.

¿Qué se necesita para ser stripper?

Un buen físico. Las chicas vienen a ver algo diferente de lo que ven en su casa. Vienen a ver un cuerpo un poquito más armado. Si sos flaquito tenés que tener otras cualidades… un buen miembro.

Cuenta que gana más plata en los boliches gay y que “las mujeres son tremendas, en los boliches gay te respetan mucho más: no te tocan. Acá te rasguñan, te muerden.” Cuando responde sobre las propuestas confiesa que recibe de 3 a 4 por noche. “Si accedés o no, depende de si te gusta o no. Por dinero es muy raro salvo que sea una chica muy grande de edad”.

¿Alguna vez tuviste sexo explicito en un show?

Yo no. Pero tengo amigos que lo han hecho.

¿Te excitás durante el show?

No. El show es muy particular. Hoy en día todos quieren agarrar una chica linda. Yo al revés: agarro la más fea, la más gorda o la más vieja. Pero nunca me excité. Uno está tan concentrado en tratar de que salgan las cosas bien…

¿Tenés pareja? ¿Qué opina de tu laburo?

Si. Con mi novia está todo bien porque ella me conoció haciendo esto. Cuando yo bailo ella sale a bailar y no viene. No opina, no nada. Mi vieja vino a verme con mi hermana, con mi tía y me veía en bolas allá arriba y se cagaba de la risa. Lo ven como algo normal.

Anécdotas de un stripper

“Una vez hice de chorro en una despedida de solteras: todas las chicas me dieron las cadenas. Fue muy desagradable porque cuando quise hacer el show estaban todas llorando, nadie quería que baile. Así que me pagaron y me fui.”

Por Ayelén Machaca

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, interesante. Esta muy bien logrado, con preguntas interesantes para el lector. Sigan asi...