Fantasías, miedos, tabúes, prejuicios... Existe una infinidad de elementos que rodean al sexo, que a diario sobrevuelan por nuestros más oscuros pensamientos y probablemente nos olvidemos de enumerarlos. Paola Kullock es una especialista en materia sexual, por eso fue la precursora en crear una escuela de sexo en la Argentina, donde acuden hombres y mujeres para escuchar, divertirse y, fundamentalmente, aprender en la escuela. Por Fermín Romero de Torres
- Paola, ¿de que se trata la escuela de sexo?
- Es una escuela de sexo donde enseño fundamentalmente a las mujeres, pero porqué no a los hombres, los secretos de las profesionales para que los usen en la intimidad de su hogar. Les enseño striptease, masajes eróticos, masajes descontracturantes, baile en caño, seducción e imagen, alter ego, entre otras cosas.
- ¿Cómo te surge la idea?
- A mi me surge porque durante diez años yo di masajes a hombres. En realidad todo viene anterior a esto. Yo siempre digo que todo es un proceso natural. Yo desde jovencita fui una amante del sexo teórico. Siempre era la que ayudaba a mis amigas con las preguntas sexuales y todo ese tipo de cosas. Tuve la facilidad de hablar de sexo sin que la gente se ofenda. Por otro lado, me encanta hablar y Dios me dio el don de la palabra.
En la formación de las personas muchas veces suele existir un guía, alguien a quien uno sigue como ejemplo. Por eso mismo, Paola, vio en Annie Sprinkle una inspiración que fue vital en el surgimiento de su escuela. “Yo quiero ser como ella” se repetía Paola en cada emisión de “Real Sex”, programa donde aparecía esta actriz porno y educadora sexual norteamericana. Así, de a poco, fue en una minuciosa búsqueda de ideas y alternativas para enterrar la actividad de los masajes. “Un día empezaron a surgirme ideas de enseñar, dar clases, por eso empecé a estudiar strip para transmitir mis conocimientos a la gente”. Una cosa llevó a la otra y por eso hoy se define como la “precursora de shows de sexo para despedida de solteras”. En este momento, dicta seminarios, clases, tiene una obra de teatro y lleva a cabo actividades para ambos sexos como, por ejemplo, visitas guiadas a un boliche swinger.
- ¿Cómo te diferencias de una sexóloga?
- Yo no soy sexóloga, yo enseño la parte divertida del sexo. Yo no hago tratamientos. A mi los sexólogos me derivan gente a mi porque hay cosas que ellos no pueden manejar, como la desinhibición o el juego erótico. Ellos tienen una visión más académica. Como yo tengo ciertas libertades por no tener un título, entonces hablo.
A la hora de ahondar en la temática sexual, Paola asegura que existen muchos miedos en la mujer y el hombre. Contrariamente a los que muchos piensan, “la gran fantasía femenina es ser la inolvidable” por eso mismo “mentimos, fingimos y exageramos”. El miedo en la mujer de hoy es “no gustarte, que nos mires más las celulitis que a nosotras, no ser buenas en la cama, no saber chuparla, que no se te pare por nuestra culpa, y eso, pesa mucho a la hora de tener sexo”. Por otro lado, Paola dice que “el hombre tiene miedo a que no se les pare, porque el problema con que no se te pare es que después voy a ponerme a pensar y no se me va a parar mañana, es básicamente un camino que se realimenta a si mismo”. A partir de aquí es cuando mucha gente decide concurrir a pedirle ayuda o consejos a la escuela.
- ¿Qué es lo que te lleva a ser una voz autorizada en materia sexual?
- Escuchar mucho. Dios me dio el don de la palabra, el don de motivar a la gente. Tengo una visión privilegiada de la historia. Yo leo mucho y de todo. Soy una terrible lectora, leo de todo, desde novelas eróticas hasta erotismo en la historia, pasando por el kamasutra. Me nutro de un montón de cosas y no copio. Yo lo que hago es elaborar y ver cómo se adapata lo que absorbo a la gente de Argentina, de Buenos Aires, de nuestra cultura. Trato de llevarlo a la práctica.
Básicamente, Paola tiene una visión práctica del sexo. Ella no dicta cursos, sino clases de dos horas de duración. “La idea es: ‘vení, aprendelo, y andate, o sea, usalo’; lo mío es netamente práctico, yo no soy teórica”. Y es esa la idea que sobrevuela en la escuela, simplificar la idea del sexo, hacerlo más simple, sacar los traumas y derribar mitos, prejuicios y tabúes que pueden torturar a cualquiera. La especialista en sexo asegura que no existe ningún secreto que no se sepa a la hora de ir la cama. “Yo no enseño nada nuevo, ya esta todo inventado, lo que hago es ponerte a pensar en sexo, nada más. Ese es el secreto del sexo. Cuando vos venis a tomar una clase de sexo yo te obligo a pensar en sexo. Así te das cuenta que hay un montón de otras posibilidades, el problema esta en que con el tiempo dejamos de pensar, ponemos la energía en otras partes.”
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